Una técnica con gran respaldo científico para utilizar la toxina botulínica en el tratamiento de otras afecciones del rostro como la calidad de la piel, el tamaño de los poros, la sudoración del rostros (esta afección ya era tratada pero en axilas, manos y pies solamente) o rosácea.
La toxina botulínica tiene más de cuarenta años en el mercado y se han aplicado millones de dosis en todo el mundo, siendo actualmente el procedimiento estético número uno.
La evolución de la Toxina botulínica como producto se ha desarrollado en dos líneas de investigación, la tecnología de los laboratorios y la de las técnicas creadas por los médicos inyectores.
Históricamente el uso de toxina botulínica básico o clásico, es en el tercio superior del rostro para trabajar las arrugas de expresión de la frente, el entrecejo y las patas de gallo.
Pero en la actualidad este producto también se usa para mejorar la sonrisa, elevar su comisura del labio, evitar la sonrisa gingival, y se puede aplicar también en diferentes músculos para lograr un efecto lifting.
El desarrollo de diferentes técnicas para trabajar los músculos de todo el rostro obligó a los distintos laboratorios que lo producen a mejorar el producto en sí.
Se combinan en una sola sesión las 3 técnicas líderes en aplicación de Toxina Botulínica:
La toxina botulínica es el tratamiento líder en medicina estética, y hoy existe una manera de aplicarla en nuestros pacientes de forma cada vez más segura, armónica y eficaz.